En abril se cumplen 25 años de la guerra por lasIslas Malvinas o Falkland, quisimos tomar este tópico para referirnos a la paz. ¿Cómo lo hicimos? bueno, nos pusimos a gritar por un micrófono a la mitad del patio, regalamos cintas blancas con la
palabra paz escrita en ellas como símbolo, presentamos una canción con la bella voz de Melisa de cuarto medio y planteamos el tema de los conflictos bélicos, conflictos que ocurren en este mismo instante en alguna parte del mundo.
Conciencia de la paz, conciencia de la guerra: No creamos todo lo que sale en las películas.
Aquí incluimos el texto que se difundió por el liceo:
<<El 2 de abril de 1982 comenzó la guerra por la posesión de las Islas Falkland o Malvinas, donde 12 mil jóvenes argentinos entre 18 y 19 años y 350 mil militares ingleses combatieron enviados por sus respectivos gobiernos y cegados por ideas patrióticas y nacionalistas.
Luego de 33 días de combate efectivo, el 14 de junio del mismo año finaliza una guerra que deja un saldo total de aproximadamente 905 muertos y 1845 heridos.
“Ahora se sabe que numerosos reclutas de 19 años que fueron enviados contra su voluntad y sin entrenamiento a enfrentarse con los profesionales ingleses en las Malvinas, llevaban zapatos de tenis y muy escasa protección contra el frío, que en algunos momentos era de 30 grados bajo cero. A muchos tuvieron que arrancarles la piel gangrenada junto con los zapatos y 92 tuvieron que ser castrados por congelamiento de los testículos, después de que fueron obligados a permanecer sentados en las trincheras. Sólo en el sitio de Santa Lucía, 500 muchachos se quedaron ciegos por falta de anteojos protectores contra el deslumbramiento de la nieve.”*
Tierra, recursos naturales, posición estratégica, reestabilización de los ideales políticos del gobierno de turno, la defensa de la nación, el orgullo de los héroes: ¿Qué es lo que vale la pena? ¿Esto es lo que compra tal cantidad de vidas, tal cantidad de seres humanos luchando entre si, torturándose y asesinándose unos a otros?
“Un soldado argentino que regresaba de las Islas Malvinas al término de la guerra llamó a su madre por teléfono desde el Regimiento I de Palermo en Buenos Aires y le pidió autorización para llevar a casa a un compañero mutilado cuya familia vivía en otro lugar. Se trataba —según dijo— de un recluta de 19 años que había perdido una pierna y un brazo en la guerra, y que además estaba ciego. La madre, feliz del retorno de su hijo con vida, contestó horrorizada que no sería capaz de soportar la visión del mutilado, y se negó a aceptarlo en su casa. Entonces el hijo cortó la comunicación y se pegó un tiro: el supuesto compañero era él mismo, que se había valido de aquella patraña para averiguar cuál sería el estado de ánimo de su madre al verlo llegar despedazado. "*
¿La Patria lo vale? >>
Gabriel García Márquez, “Un año después de la guerra de las malvinas”, El Espectador, abril 1983.*
Esto sería todo por ahora
¡Hasta la próxima!
Katherinne lincopil
C. Blanco
U.P.P